viernes, 27 de noviembre de 2009

WASHINGTON BENAVIDES: POETA, TROVADOR, MÚSICO



WASHINGTON BENAVIDES: POETA, TROVADOR, MÚSICO

Washington Benavides (Tacuarembó, 1930). Profesor de Literatura en Enseñanza Media y Universitaria. Profesor de Arte y Comunicación, conductor de programas de música popular en CX 30 Radio Nacional; traductor de Guimarães Rosa, Oswald de Andrade, Carlos Drummond de Andrade, Affonso Romano de Sant'Anna, Gregorio de Mattos y otros; crítico literario, especializado en Horacio Quiroga y poesía joven. Algunos de sus poemarios premiados: El Poeta (1959), Poesía (1963), Las milongas (1965), Los sueños de la razón (1967), Poemas de la Ciega (1968), Fotos (1986), Lección de exorcista (1991), La luna negra y el profesor (1994). Entre su labor crítica aparecen: Cuentos escogidos de Horacio Quiroga (1978), Los «Zoo» de João Guimarães Rosa. Han grabado textos y/o canciones de su autoría (entre otros) Zitarrosa, D.Viglietti, E.Darnauchans, Larbanois-Carrero, E.Rodríguez Viera, Los Olimareños, N.Moraes, W.Carrasco. ‘De tanto en tanto veo al "Bocha" Benavides por esas calles de Montevideo: con su estampa de "urraca valerosa" como un Dylan de Tacuarembó, con su eterna gabardina atravesando la llovizna gris de la ciudad, con carpetas y papeles debajo de un brazo, y con el Darno bien adentro del corazón.
Salud Maestro!! (Jorge Pena).
Sus primeros estudios de guitarra los realizó con Ricardo Rodríguez Cruz y con Domingo Alvarenga del Conservatorio Municipal de Tacuarembó y en
Montevideo con Hugo Mondada y Cedar Vigletti. Posteriormente se dedicó totalmente a la música popular desde su calidad de cantante y compositor.[1]
Washington Benavídes, Carlos Benavídes, Eduardo Darnauchans, Eduardo Larbanois, Eduardo Lagos, José Carlos Seoane, J. A. Salgueiro y Pablo Benavídez, varios de los cuales integraron el movimiento cultural uruguayo llamado "Grupo de Tacuarembó".
Con sus primeras incursiones musicales a nivel profesional a principios de 1970, pasa a integrar el llamado "
Grupo de Tacuarembó", el cual nucleó a una generación de artistas de distintos géneros, como músicos, poetas y escritores, entre los que se encontraban Washington Benavides, Numa Moraes, Eduardo Darnauchans, Eduardo Larbanois, Carlos da Silveira, Eduardo Lago, Julio Mora, Enrique Rodríguez Viera, Víctor Cunha, Eduardo Milán y Tomás de Mattos, entre otros.[2]
En 1973 y también en 1974 obtiene premios en el Festival Folklórico de Durazno. Ese mismo año recibe el Primer Premio en el Certamen de Canto de Paysandú y graba su primer larga duración, titulado "Soy del campo". En ocasión de presentar este disco, Alfredo Zitarrosa escribió:
Carlos Benavides pertenece al bien llamado "Grupo de Tacuarembó", que lidera nuestro querido poeta oriental Washington Benavides y que a la fecha ha lanzado a la fama intérpretes y creadores de genuino cuño campesino, inconfundibles por su estilo como Numa Moraes y Eduardo Darnauchans.
[3]
También en el Festival de Durazno recibe en 1981 el "Charrúa de Oro".[4] Otro galardón recibido fue el "Palenque de Oro" en el Festival de Tala en Canelones.
Junto a su tío Washington Benavides es el coautor de muchas canciones, entre las que se cuentan "Como un jazmín del país" y "Guitarrero viejo". Con él editó en
1983 el disco "Benavides y Benavides", así como también varios discos colectivos, como "Amigos" y "Las milongas". Ha participado asimismo como guitarrista de Carlos María Fossatti, Los lugareños y Julio Mora, entre otros.
Con nueve canciones, es junto a Numa Moraes el músico que más fue grabado por Alfredo Zitarrosa. Entre otros intérpretes de sus temas también se puede encontrar a
Santiago Chalar, Carlos María Fossati, Grupo Vocal Universo, Sanampay, Soledad Pastorutti, Julio Mora, Omar Romano, Numa Moraes, Larbanois - Carrero, Yamandú Palacios, Nacha Roldán, Carlos Garbarino, Washington Carrasco, Víctor M. Pedemonte, Pablo Estramín, Los del Yerbal y Eduardo Darnauchans.[1]
Ha brindado recitales en varios países del mundo, entre los que se cuentan Alemania, Argentina, Brasil, Chile, Cuba y Rusia


A Bernart de Ventadorm en 1963

Bernart de Ventadorn: cómo de pronto envidio tus canciones

-si Leonor de Aquitaniau otra olvidada dama, templaron a las cuerdasde tu fino instrumento-.

Pero aún más, todavía

la estrofa con el puro fucilazo de oro

del instante:

«Can vei la lauzeta mover

de joi sas alas contra 'I rai,

e que s'oblid'e's laissa chazer

per la doussor c'al cor li vai...».
Esa alondra, que mueve con alegría sus alas

contra el rayo del sol y que se desvanece

y se deja caer, por la dulzura

que al corazón le llega, cómo empuja

ojos y frente oscuros a lo alto!
Triste país es éste, Bernart, cuando sentimos

que antes de la agonía aspiramos a sombras;

cuando desconocemos al caído,

cuando vemos sin ver la miseria y la costra.
Y tú con esa alondra para alumbrar la vida!
(Y de un oscuro origen, en duro tiempo hiciste brotar el agua limpia)

Trobar clus = luz guardada.
Sangraste, trovador, en tu alambique

donde se destilaban rimas y neoplatónicas

veladuras.

Pero te sobrevive lo esencial:el alma.

El alma o su armadura

en una alondra.
Miro el cielo del triste país, Bernart, que amo,

y acaso estén ahí -como una dura prueba

del tiempo y su alevosa espoleta- maquinarias

fatales y con alas de ángeles o «lauzetas»...

Una alondra es preciso, Bernart de Ventadorn, ahora!

Anda un amigo en medio de la noche...
Anda un amigo en medio de la noche.

Han cerrado los bares. Las persianas

de acero bajaron con estrépito. Los gatos

deslizan apetitos. Anda la luna

por ahí, velada. Pasan coches y luces;

sobreviene, después, un silencio

que mueve la plantita en la cornisa;

silencio que hace un chambelán

de un grillo -del canto de ese grillo-.

Anda un amigo en medio de la noche.

No lo conozco. Y él no me conoce.

Andamos cerca o lejos, nos cruzamos

-acaso- en una calle. Compartimos

un ómnibus, un cine, un banco de una plaza.

Anda un amigo y ando yo que soy amigo

de ese hombre. En órbitas distintas

-nunca ajenas-. Pero vamos a hallarnos.
En medio de la noche o con la aurora

de rosados dedos, vamos a hallarnos.

Y tenemos que estar preparados a ese encuentro.

Por ahora, susurra el viento oscuro,

graznan letreros viejos y el grillo mete lima.Ya no pasan los coches. Pasan restos de diarios

y un cartel liberado zapateando en el polvo.

Estoy seguro. Nos encontraremos.

De "Murciélagos" 1981

Canción de los lentes

El poeta envejece.

No ve la línea,

la delgada silueta

que, antes, veía.

La escritura le baila

una polkita;

se le van los matices,

las golondrinas.

Pero se puso lentes

y oh maravilla

se dibujaron netas

las golondrinas.

Apareció de nuevo,

-la delgadiña-

aquella del romance,

palabra limpia...

Los tipos de su máquina

la tinta china

por más que los limpiaba no aparecían...

Se arrimaba a la hoja

cuanto podía,

su nariz borroneaba

la letra fina...

Pero se puso lentes

y oh maravilla

volvieron las "corrientes"

las "cristalinas"...

Y releyó a Pessoa

y a Carlos Williams

y anduvo con Sabines

por la cornisa...

Ahora es un "cuatrojos"

es un "lenteja "pero ve lo que escribe

y lo que piensa.

De "Finisterre" 1986


confusa exaltación y representación de la dama
a Nené
-«Estás igual..» No. -Claro que envejeces; -horrible fuera:

sola y detenida, mientras brotan y siegan a las mieses,

y el tren se va y el corazón trepida...
«Si universo y si tiempo nos sobrara...»

-Lo dijo Marvell- en un nomeolvides

si «La púdica amada» titubeara... Ronsard lo reiteró y hoy Benavides.
No temo por la pérdida segura

de aquella perfección, de aquella cara, porque no es eso lo que al fin perdura.
Old Ezra bien lo supo. Rememoro

su lección (aunque tiemblo al deterioro): «Si universo y si tiempo nos sobrara»...

De "Poesía" 1959-1962


SONETO DE FINAL DE MILENIO


Farai un vers de dreit nien

Guilhem de Peitieu ¿Pensando en nada? La escopeta abierta;

bajo un «sombra de toro», el cuerpo acedo

vuelto una piedra más de la de Haedo.

Un mirlo canta: el corazón despierta

y late más tranquilo. No es la yerta

aceptación del tiempo y de su miedo.

Es descubrir que se abre alguna puerta

y que esta vida importa más que un bledo.

Como Guilhem, no haré un verso de nada.


Pensar en nada es como un grabador

abierto y al acecho del instante.

Es no asociarse con la mascarada

y expresarlo temblando. Con temblor

de viva lágrima. No de diamante.

SONETO BOGOTANO


Envase de poesía provisorio

que está a la venta con rótulo falso; un condenado que ama su cadalso, un pobre mago en un mundo ilusorio. Un tardío invitado del jolgorio; en noche de San Juan, ateo y descalzo; un abogado, ya sin escritorio, y que no encuentra su testigo falso. Con estas credenciales, me presento. Y el agente de turno de la Aduana

entre los libros, busca un documento, una bolsita, leve como el viento: polvos de amor para Fata Morgana; otro terrón de un mundo polvoriento..

SONETO ELEGIACO


Diálogo con mi propia negación

Murilo Mendes

De este supermercado XX al filosólo me cabe susurrar: «saudade»;

del «poliedro» y la musa de Murilo, de Carlos Drumond y de Sousândrade...

De Malevich y el «blanco sobre blanco»

y de los pericones de Figari; de Josefina Baker y su flanco

y la arena cambiante de un safari...

De ser un niño cuando «Las Brigadas».

Del fútbol juvenil, lejano ya...

De no encontrarme cuando «Las Patriadas». De no haber puesto más pasión en todo; pese a la llama, pese al mismo lodo

de Adán, Erdosain y el Señor K..

SONETO DOS AL BORDE DEL MILENIO


¿Cómo te sientes, entre tantas cosas, súbitamente, vueltas diferentes? Mas, tú no las cambiaste. Si, ominosas o justicieras, descubrieron dientes, mordiendo, líderes o presidentes; ayer cantados bajo palio y rosas. Hablo de corazones y de gentes, de muros derribados y de prosas. Pero ¿están derribados esos muros? Mozos de pelo al rape, con cadenas, al extranjero invitan al infierno; las esvásticas vuelven a los muros, arden las sinagogas y colmenas.. ¿Y tú, cómo te sientes, Posmoderno?

CONFUSA "EXALTACIONY REPRESENTACION DE LA DAMA

a Nené


«Estás igual..» No. -Claro que envejeces; -horrible fuera: sola y detenida, mientras brotan y siegan a las mieses, y el tren se va y el corazón trepida...

«Si universo y si tiempo nos sobrara..» -Lo dijo Marvell- en un nomeolvides

si «La púdica amada» titubeara...

Ronsard lo reiteró y hoy Benavides. No temo por la pérdida segura

de aquella perfección, de aquella cara, porque no es eso lo que al fin perdura.

Old Ezra bien lo supo. Rememoro

su lección (aunque tiemblo al deterioro): «Si universo y si tiempo nos sobrara»..

TERCER SONETO AL BORDE DEL MILENIO


Si considero que la vida es dura

¿cómo nombrar a Zaire o Sarajevo? Alimentando el mítico «hombre nuevo»

cuando la hambruna es una reina impura.. Almácigos de muerte: el niño negro, parias de Benarés, narcos de Cali, P.P. de Río, nínfulas de Bali, en este puzzle en que me desintegro...

Un «Duérmete mi bien» canta la madre

a su bebé, amparado, todavía...

Otro no sabe ni quien es el padre, ni la que lo parió a este mundo inmundo...

Puedo comer mi pan, beberme el día, pero con ellos -sin piedad- me hundo...

* * * * *

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